7.12.08

Agonia eterna


El como me siento no tiene explicación alguna, solo busco y busco razonar cuando lo que debería hacer es sentirme a mi mismo. No quiero aceptar y la agonia me destroza por dentro, quisiera poder dar un borronazo y dar un paso nuevo, una nueva vida. Solo para poder borrar huellas y dolores que me torturan hasta hoy. Te agradezco, te perdono, perdoname, te amo, te agradezco, te perdono, perdoname, te amo, te agradezco, te perdono, perdoname, te amo...
No me sirve, no me deja de doler, abrime la columna y cambiame la médula, quizá así reciba yo un nuevo registro, una nueva alma, para poder comenzar. Porque solo me agobian las opiniones ajenas que convierto en mia más rápido de lo que el agua desemboca al río, y me vuelvo un ser simbiotico con ellas. Abrazando árboles y con propias raíces para poder ser uno con el todo y el todo uno conmigo pero no resulta, los latidos al unísono se tiñen de fuego consagrado, pero sigue siendo igual, no cambia, o no lo dejo, esas mismas ideas controlan mi cabeza, el miedo, le agarrotamiento, el dejar de tener motus proprio, el no dar la cara a las enfermedades que carcomen el centro naranja, la aungustia que en la rueda roja aprieta y comprime, la mentira que vorvotea de la rueda azul y las rodillas solo tiemblan porque no lo pueden resistir.
En estos momentos es cuando quisiera tener alas para irme lejos de donde suelo ser el ejemplo de una mente colectiva, que me transforma a su antojo y ganas. Solo eso, y además enfrentar al mundo con una navaja teñida de rosa y la flor mas bella en la otra, petalos de rosas a los pies y todo lo que se puede pedir sigue siendo una pausa, un break, terminar y no acabar, porque el miedo principal es justamente eso, m iedo a acabar, que la vida se vaya, la muerte, el deseso, el final.